Una proeza cinematográfica; lo más cercano a una obra maestra absoluta. Un film prodigioso, poderoso y vibrante, digno de un maestro como Lumet. No hay fallo mínimamente grande como para no calificarla de excelente y no de muy buena. Disfruten de la tragedia más espantósamente dolorosa y realista que puedan haber visto jamás. Un majestuoso clásico moderno que, sin duda alguna, se convierte en lo mejor de lo que llevamos de año.
No podría olvidar la mención especial de tres actores que deslumbran en cada plano que aparecen: Philip Seymour Hoffman, Ethan Hawke y Albert Finney. Tres generaciones, tres historias, tres destinos, tres mentalidades.
Esta no es una película que se digiere fácilmente; no queda más remedio que estar horas y más horas pensando en su contenido, haciendo hipótesis y reflexionando sobre la consciencia humana, cuyos límites nunca están predestinados.
En definitiva, cine en estado puro. No os la podeís perder.
Dieric Bouts (ca. 1410-1475): Creador de Imagenes
Hace 2 semanas