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Hay películas que bien valen el precio de la entrada. Esta, por ejemplo.Con pocos descorados: una tienda de discos, unos apartamentos viejos y desvencijados, un bareto de barrio y poco mas, el viejo Frears nos ofrece una impecable exposición de unos treintañeros abocados a una vida rutinaria y con pocas ilusiones. Unos loosers de los nuevos tiempos con los mismos problemas que los de los viejos (vamos, las relaciones con el sexo contrario). Es fácil sentirse identificado con esta gente, ya que todos hemos vivido situaciones similares a las de los protagonistas.
Buenas interpretaciones, excelente dirección, modélico guión (el guión es soberbio. No he leído la novela de Nick Hornby y no sé si estará bien adaptado, pero yo opino que el guión es muy bueno), gran sentido del humor y esa pizca de romance que no empalaga. O sea, todo perfecto. Y es que cuando hay talento, todo es más fácil.
"¿Quiere un disco de Stevie Wonder para su hija? ¿Es que su hija está en coma?"
Brutal.
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Banda sonora original. Descargar
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